Los Diez Mandamientos (1956): 13 Curiosidades Inesperadas

Los Diez Mandamientos (1956) – 13 Datos Extraños Que No Conocías ¿Creías que lo sabías todo sobre "Los Diez Mandamientos"? Prepárate para descubrir los secretos más impactantes detrás de una de las películas bíblicas más influyentes de la historia del cine. ________________________________________ 1. El Director que Filmó Su Propia Muerte ¿Te imaginas un director tan obsesivo que siguió trabajando aún sabiendo que podría morir? Cecil B. DeMille sufrió un ataque cardíaco masivo mientras dirigía desde una escalera de 30 metros de altura. Los médicos le dijeron categóricamente que si continuaba, moriría en el set. Su respuesta fue escalofriante: "Prefiero morir creando mi obra maestra que vivir sin terminarla". A los 74 años, regresó al día siguiente con el corazón dañado, dirigiendo con una intensidad que aterrorizó a todo el equipo. Durante las últimas semanas de rodaje, DeMille literalmente filmó con la muerte respirándole en el cuello. Cada toma podría haber sido su última orden como director. Sin esa obsesión suicida, jamás habríamos tenido la película épica que conocemos. DeMille murió pocos años después, pero logró completar su legado cinematográfico. 2. La Escena Perdida que Habría Cambiado la Historia del Cine Existe una secuencia de 18 minutos que jamás viste y que habría revolucionado el cine de horror para siempre. DeMille filmó las plagas de Egipto con un realismo tan gráfico y aterrador que las autoridades cinematográficas la prohibieron totalmente. Esta "versión maldita" incluía efectos especiales que mostraban cuerpos reales descomponiéndose, sangre genuina corriendo por las calles y cadáveres de animales que generaron vómitos en las proyecciones de prueba. Los censores declararon que era "demasiado perturbadora para la mente humana" y ordenaron su destrucción inmediata. DeMille se negó y escondió las cintas en una bóveda secreta. Durante décadas, estas imágenes permanecieron ocultas hasta que en 2005 fragmentos fueron descubiertos en los archivos privados del director. Lo poco que sobrevivió confirma que habría sido la secuencia más terrorífica jamás filmada.