SE SALVAN DE LA GOLEADA | LIVERPOOL vs REAL MADRID 1-0 | CHAMPIONS LEAGUE | ANALISIS
Courtois no puede con todo
El portero del Madrid, con una actuación fantástica, solo pudo retrasar el justo triunfo del Liverpool. Anfield se comió al equipo blanco. Marcó Mac Allister
También hubo dos buenas noticias para el Madrid: que el año que viene no volverá a Anfield por prescripción UEFA y que al Liverpool solo se lo encontrará esta temporada, en el peor de los casos, otra vez. También que tiene al mejor portero del mundo, que con ocho paradas dejó en muy poca cosa una derrota que pudo ser severísima. El Madrid jugó regular tirando a mal la primera mitad y desastrosamente la segunda, abandonado por sus figuras, falto de carácter, extraviado en campo contrario. Fue el Madrid del Metropolitano y de los peores días de la última era Ancelotti. Esta vez no pudieron salvarle su goleador por cuenta ajena, Mbappé, ni un apagadísimo Bellingham, ni un Vinicius tirando a frío, ni un Güler superado. Courtois al margen, solo Carreras se ganó la absolución.
La vieja guardia más Ekitiké y Wirtz. Con eso se presentó Arne Slot ante el Madrid. Contra el alemán ha jugado casi todo desde que llegó a Liverpool: su descomunal precio, su falta de adaptación, el salto de puesto en puesto en el frente de ataque y un empeoramiento de lo que le rodea. El peor clima posible para un recién llegado obligado a ser la bandera de un equipo que tiró de libra para ser invencible y se ha mostrado más vulnerable de lo esperado. Esta vez acabó en la izquierda, frente a Valverde. Por ahí quiso colarse el Liverpool de salida tras buscar la pérdida del Madrid con la fiereza de los tiempos de rock duro de Klopp. La nueva generación blanca debe aprender que en la Champions la supervivencia es la madre de la ciencia.
El partido comenzó con un vértigo moderado: mucha actividad en dos tercios de campo y poca claridad en el tercio restante. La acometida inicial del Liverpool fue un chaparrón. Escampó pronto. El Madrid recuperó las luces largas y buscó posesiones interminables con efectos disuasorios sin ir más allá.
Así salvó la primera media hora, en la que apenas hubo sucesos: un disparo alto de Mac Allister, tras error de un confiado Huijsen, y otro aún más alto de Mbappé, que empaló horriblemente una dejada de Bellingham.
El Madrid sufría poco, pero amenazaba aún menos. Y de cuando en cuando se desajustaba peligrosamente. Tanto que volvió a inscribir a Courtois en el libro de honor ante un disparo a quemarropa de Szoboszlai que interceptó con su pierna derecha por intuición y por valentía. Dos veces más lo intentó el mediapunta húngaro y las dos se topó con el belga. La segunda fue una parada extraordinaria a disparo cruzado que soltaba fuego. La pesadilla del Liverpool mide casi dos metros.
En aquellos momentos de zozobra, el rumano Kovacs salvó al Madrid de un penalti. Primero señaló mano de Tchouameni al borde del área. El VAR le llamó para advertirle que la presunta infracción fue dentro. Y finalmente concluyó, con acierto, que el brazo del francés estaba en posición natural. El penalti derivó en bote neutral.
Solo al borde del descanso tuvo su primera oportunidad el Madrid. Fue en la enésima arrancada de Vinicius, que parece haberse zafado solo a medias del férreo marcaje de sus fantasmas. Le entregó la pelota a Bellingham y este, tras un recorte y con poco ángulo, estrelló su tiro entre las piernas de Mamardashvili.
Xabi se sintió intranquilo con lo visto y cambió el plan: mandó a Camavinga para cerrar el centro y liberó a Arda Güler. Presumía un bombardeo que llegó. Tres córners consecutivos resueltos con dos paradas galácticas de Courtois a cabezazos de Van Dijk y Ekitiké, más un tercero rematado por el francés al que le hizo la cobra al palo. El Madrid estaba en la espiral derbi: desorientado, encogido, con pocas ganas de pelea en los balones divididos. Daba la impresión de que solo aguantaría lo que aguantara Courtois. Y el belga no pudo con todo. El cuarto cabezazo fue letal. Templó la pelota Szoboszlai, la figura del duelo, y la remató de forma imponente Mac Allister. Todo lo que volaba en el área del Madrid iba a la cazuela.
Con el partido perdido Xabi Alonso creyó que la solución era un punta más. Así llegó al partido Rodrygo en la derecha, zona que le incomoda. Mejoró el Madrid, que ya no tenía un resultado en el que refugiarse. La primera aparición de Mbappé fue un remate cercano al gol. El francés llegó al partido demasiado tarde y aún así forzó dos buenas ocasiones que pasaron de largo. Como el Madrid durante gran parte del partido. Fue el segundo suspenso en un test de estrés, así que toca volver al diván.
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